Como antecedente a este análisis, quiero recalcar que según la biografía de José Donoso, publicada por su hija Pilar, el autor era un homosexual que nunca lo confesó, por lo que analizaré “El lugar sin límites” y en especial al personaje de la Manuela como elementos que describen al verdadero Donoso atormentado por su naturaleza.
Me parece interesante notar que esta novela comienza con un epígrafe de Marlowe el cual señala: Dice Mefistófeles: “El infierno no tiene límites”. Esto denota que el burdel de la estación es el infierno. Dentro de la obra se observará una dicotomía ente infierno y paraíso y veremos qué personajes estarán inmersos en estas dos alusiones.
Así podemos observar que el paraíso puede encontrarse en las descripciones de las viñas de Don Alejo, quien a su vez es descrito como un hombre “todopoderoso” (no es de extrañar que escritores como Sarduy expliquen que el personaje de Don Alejo es retratado como Dios), pues él aparentemente posee conocimiento infinito y posee casi todas las propiedades del pueblo.
En la obra podemos encontrar estas asimilaciones:
“[…] No, no hay nadie como don Alejo, es único. Aquí en el pueblo es como Dios. Hace lo que quiere […] ¿No ves que es dueño de todas las viñas, de todas, hasta donde se alcanza a ver? Y es tan bueno que cuando alguien lo ofende, como éste que te estuvo molestando, después se olvida y los perdona […]” (página 98).
Entonces, encontramos que Don Alejo, utiliza su poder económico y político para controlar al pueblo El Olivo. Como político, su finalidad era la de preocuparse del bienestar del pueblo, quienes lo eligieron; sin embargo, este personaje tiene su propia agenda oculta pues pretende apoderarse de todo el pueblo comprando todas las propiedades. Esto se contrasta con la imagen de Dios de Don Alejo, pues esta cara de egoísmo es desconocida por el pueblo.
Es de notar asimismo cómo muchos de los personajes tienen una imagen positiva de Don Alejo; por ejemplo, cuando la Manuela huye de Pancho Vega y su cuñado Octavio quienes la están persiguiendo para golpearla, la Manuela huye para que Don Alejo la salve; de igual forma es Don Alejo el salvador del pueblo pues es quien les prometió traer la electricidad. Esta percepción de salvador queda desmentida cuando la Japonesita comprende que el proyecto de Don Alejo no es traer la electricidad sino derribar el pueblo entero para su beneficio personal; es ahí cuando la idea de paraíso se desvanece de la novela y solo permanece inmutable la idea del infierno terrenal y la perdición del pueblo.
Ahora enfoquémonos en los elementos que describen el espacio donde la obra se desenvuelve como el infierno. En primer lugar observamos los antivalores de discriminación y machismo que alienan a la Manuela por su condición de homosexual y travesti. La Manuela es el personaje maltratado e incomprendido por una sociedad cegada por valores arcaicos y por esto la atormentan.
Por ejemplo, observemos esta cita:
“[…] La Manuel terminó de arreglar el pelo de la Japonesita en la forma de una colmena. Mujer, era mujer. Ella se iba a quedar con Pancho. Él era hombre. Y viejo. Un maricón pobre y viejo. Una loca aficionada a las fiestas y al vino y a los trapos y a los hombres. Era fácil olvidarlo aquí, protegido en el pueblo –sí, tiene razón, mejor quedarnos. Pero de pronto la Japonesita le decía esa palabra y su propia imagen se borroneaba como si le hubiera caído encima una gota de agua y él entonces se perdía de vista a sí misma, mismo, yo misma no sé, él no sabe ni ve a la Manuela y no quedaba nada, esta pena, esta incapacidad, nada más, este gran borrón de agua en que naufraga.[…]” (página 67)
En palabras de Rodríguez Monegal: “El travesti, real o simbólico, es la clave secreta de este mundo infernal”, el mundo de José Donoso”.
Todos los personajes principales viven su infierno personal; para la Japonesita , la idea de la llegada de la electrificación que gracias al egoísta plan de Don Alejo nunca llegará, dejando así al pueblo en eterna oscuridad. Para la Manuela , su búsqueda de aceptación que nunca llegará pues ella muere a manos de Pancho Vega y Octavio por ser homosexual. Para Don Alejo su deseo de apoderarse del pueblo que talvez no llegue a darse por su inminente muerte gracias ala enfermedad que le aqueja.
Me parece que la Manuela es el retrato del miedo de José Donoso a aceptar su propia homosexualidad; las desventuras de la Manuela son el temor de lo que podría pasarle al mismo autor si expusiera su verdadero ser; entonces esta novela es un desfile de máscaras que ocultan el deseo de aceptación de Donoso en una sociedad que teme le dará la espalda.
Bibliografía
Sarduy, Severo. Ensayos generales sobre el barroco. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1987.
Rodríguez Monegal, Emir. José Donoso: la novela como Happening. Revista Iberoamericana, 1971.